Inauguración por D. Jesús Rodríguez Marín, rector de la Universidad Miguel Hernández
CICLO: CEREBRO Y SOCIEDAD
Patrocinado por la Cátedra de Neurobiología del Desarrollo «Remedios Caro Almela»
Conferencia: «TRIBALISMO Y CEREBRO»
Intervienen:
Arcadi Espada. Escritor y periodista
Roberto Gallego. Catedrático y presidente electo de la Sociedad Española de Neurociencia
EL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD MIGUEL HERNÁNDEZ INAUGURA LA SÉPTIMA EDICIÓN DE LA SEMANA DEL CEREBRO
El salón de actos del Club INFORMACION (avenida Doctor Rico, 17) inicia hoy la Semana del Cerebro, organizada por el Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández (UMH) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). La Semana del Cerebro es una iniciativa coordinada en todo el mundo por la asociación «Dana Alliance for the Brain» que cuenta con el apoyo de la Sociedad Española de Neurociencias y de la Federación Europea de Sociedades Neurocientíficas. El acceso a estas sesiones científicas y divulgativas es libre.
La Semana será inaugurada hoy a las 19.30 horas por el recientemente reelegido rector de la UMH, el profesor Jesús Rodríguez Marín. A continuación, en una sesión patrocinada por la Cátedra de Neurobiología del Desarrollo «Remedios Caro Almela», debatirán sobre «Tribalismo y cerebro» el escritor y periodista Arcadi Espada y el catedrático Roberto Gallego, presidente electo de la Sociedad Española de Neurociencia.
En los tres días posteriores serán investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante quienes aborden: «Construyendo el cerebro humano: del embrión al adulto», mañana por la científica Guillermina López; «¿Cómo ve el mundo el cerebro?», el miércoles a cargo del profesor Luis M. Martínez; y «Cannabis: ¿droga o medicamento?», por el profesor Jorge Manzanares, el jueves, día en que clausurará la Semana el director del Instituto de Neurociencias, Carlos Belmonte.
Todas las intervenciones se cerrarán con un coloquio para responder a las preguntas que formulen los asistentes a cada una de las sesiones.
Esta es la séptima edición de la Semana del Cerebro que organiza en Alicante el Instituto de Neurociencias y el sexto año consecutivo que se celebra en el salón de actos del Club en la sede del diario INFORMACION en la ciudad de Alicante, en el Polígono de San Blas. Junto al mismo existe un amplio aparcamiento.
EL ORIGIEN BIOLÓGICO DE LOS NACIONALISMOS CENTRA EL ARRANQUE DE LA SEMANA DEL CEREBRO
SILVIA ESCRIBANO
El acercamiento de la ciencia a la política, el posible origen biológico del nacionalismo o los impulsos racistas en el cerebro fueron algunos de los temas a debate durante la primera jornada de la Semana del Cerebro, que se celebra hasta el jueves en el Club INFORMACION y que está organizada por el Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández (UMH) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El rector de la UMH, Jesús Rodríguez Marín, inauguró la primera sesión –patrocinada por la Cátedra de Neurobiología del Desarrollo «Remedios Caro Almela»– en la que el escritor y periodista Arcadi Espada y el presidente de la Sociedad Española de Neurociencia, Roberto Gallego, debatieron sobre «Tribalismo y cerebro».
Espada puso sobre la mesa su «sospecha» de que «la pulsión nacionalista forme parte de la naturaleza humana, que existan factores biológicos que incidan en el desarrollo del fanatismo». Explica que los patrones biológicos pueden estar detrás de esta tendencia ideológica, siempre que se de «una interrelación entre el factor hereditario y el medio o la cultura» que envuelve a la persona.
Para este periodista «es la hora de que los científicos intervengan en la política». Hasta este momento, ha existido una vinculación del «intelectual de letras, pero no del de ciencias». Insiste en que «el conocimiento científico puede mejorar la política» y va más allá al asegurar que esta alianza «centrará el debate en el siglo XXI».
Hasta ahora, la política ha estado acompañada «de intelectuales, de metáforas e himnos, pero los científicos tienen más que decir que los poetas», afirma.
Al plantearle si esta unión de ciencia y política podría plantear problemas –en el caso de que se demostrara la predisposición genética a ideologías como el nacionalismo y que los avances científicos permitieran modificar estas tendencias– se mostró firme al respaldar que «con el consenso de la sociedad» se pudiera combatir científicamente el fanatismo. Para él, los nacionalistas «responden a estímulos de lo real de forma errónea y confunde lo real con lo irreal», por lo que considera que no debería suponer un problema el eliminar los factores que induzcan a la persona a actuar así.
De la parte científica, el catedrático Roberto Gallego expuso las conclusiones de algunos estudios que demuestran «que no somos conscientes de lo que pasa en el cerebro». Como ejemplo, el presidente de la Sociedad Española de Neurociencia explicó que «los circuitos neuronales reaccionan igual cuando vemos una araña que cuando una persona blanca ve a otra negra». Se trata de «mecanismos de alerta que se disparan cuando nos encontramos con elementos de otro grupo», como pueden ser personas de otra raza. Asevera que este primer impulso en el cerebro se atenúa rápidamente cuando la persona piensa más detenidamente en lo que tiene enfrente, pero «la reacción primaria es de prevención». Además, indica que esta reacción es menor cuando existe una relación y un contacto entre personas de diferentes grupos.
En cuanto a lo apuntado por el periodista Espada acerca del posible origen genético del nacionalismo, el científico fue rotundo al afirmar que «todo es biología», aunque se mostró escéptico ante la posibilidad de que la ciencia pudiera llegar a controlar algún día la ideología de las personas. También considera esencial la incorporación de la ciencia a la política para que no sólo se tengan en cuenta las variables de la lógica en este ámbito.
