El Club INFORMACIÓN, tiene el placer de invitarle a la inauguración de la última exposición del artista
Frutos María, “Sobre mi manto“, comisariada por Aramis López
Tendrá lugar el próximo jueves 7 de octubre, a las 20 horas
en la sala de exposiciones del Club INFORMACIÓN (avenida Doctor Rico, 17 – Alicante).
Una muestra de la parte más íntima de Frutos María, la última producción en la que muestra obras realizadas con materiales rescatados del mar, con los que les otorga una nueva vida. Se trata de materiales sostenibles que autor utiliza desde siempre.
Permanecerá abierta hasta el 1 de diciembre. Entrada gratuita
Horario de visita: de lunes a viernes de 17 a 21.30 horas; sábados, domingos y festivos, de 11 a 14 horas.
SOBRE MI MANTO
DEBAJO DE MI MANTO
Una exposición de Frutos María comisariada por ARAMÍS LÓPEZ
Debajo de mi manto, … es la primera parte de un refrán que aparece en el prólogo del
Quijote, con él nos dice que cada uno es libre de pensar lo que quiera, que, en su
inmanencia, en nuestro fuero interno todos podemos creer y crear en libertad.
Sobre el manto podemos mostrar también lo que queramos mostrar.
Frutos María cuando se desarrolla como artista trabaja sobre un manto, durante muchos
años pintaba, esculpía y acababa sus piezas sobre él. Esto protegía el suelo de su estudio, lo
aislaba de la humedad, le daba la confortabilidad de pisar una tela conocida, crear en un
mismo lugar aunque cambiara de local, le mantenía en la sensación de lo cotidiano. Es una
pieza de tela de aproximadamente casi cuatro metros de ancho por nueve de largo, una
especie de tapiz fino de color pardo claro que había perdido casi el color y las referencias que
lo hacían identificable en sus primeros tiempos.
Sobre el ha caído pintura y esquirlas durante muchos años, cada mancha ha ido añadiendo
el tiempo a un objeto inerte, un testigo de la actividad creadora de un hombre; con el
tiempo se ha ido convirtiendo en un objeto bello, una pieza de tela que guarda los recuerdos
de una vida, cada tacha es reconocible por el artista, cada color recuerda la pieza que se
hacía, y en un momento de clarividencia tomando un poco de distancia, al verlo extendido,
Frutos le ha cambiado el estatus: ahora es una obra suya, la más trabajada, la más conocida
por él, la que le ha acompañado durante mucho tiempo.
El arte como técnica de conocimiento hace a quien la práctica más perspicaz, le permite
entender procesos emocionales ocultos para la mayoría. Los artistas saben al mirar. Miran
dentro para poder crear imágenes, que son reconocibles sobre todo porque muestran no
solo la piel sino también los órganos internos de cada cosa con la que nos relacionamos.
En este caso el artista al mirar el tapiz que ha estado a su lado durante tantos años descubre
que se ha convertido en un objeto artístico, que contiene el relato de su producción de tanto
tiempo, que recuerda un lienzo en basto, sin tratar, sobre el que las manchas configuran una
abstracción, un proceso de creación casual, pero no por ello menos consciente.
En la exposición que se presenta ahora en el Club Diario Información, Frutos María ha puesto
su manto a disposición del público, tanto como una obra de arte bella a la que mirar, como
un manto sobre el que estar, o bajo el que pensar.
Un manto protege, debajo de él se puede pensar lo que uno quiera, imaginar una vida nueva
o recordar lo que ha sido; permite traer el futuro y el pasado al presente. Un manto protector
puede ser la frontera entre el espacio personal, en el que uno se siente bien y único, y ese
espacio social no siempre acogedor.
Frutos al poner al alcance del público la posibilidad de estar sobre él, lo ofrece, como un
pequeño regalo, como algo que entregar consciente de que tiene un gran valor, como
cuando de niños recogemos piedras; piedras de playa o de campo, a las que nadie otorga un
valor especial, que vistas con ojos limpios son preciosas, por su forma o por su color, porque
su superficie está alisada por el roce del tiempo, o porque al mojarlas cambian de color; las
piedras son esas pequeñas obras de arte que hacen artista a cada uno de nosotros al ser
niños, una capacidad que olvidamos con el tiempo.
Sobre este manto se plantea la posibilidad de volver a ser niño, de descubrir colores, formas,
espacios cariñosos que nos den esos minutos de vivencia interior y nos den la felicidad de
descubrir la belleza en la simpleza de una forma o de una superficie que una vez descubierta
queremos mostrar a otros, son pequeños grandes regalos.